sábado, 21 de mayo de 2011

Desde Karl Marx y CEPAL



Karl Marx como bien es sabido aborda su análisis desde la producción de los materiales a través de la relación entre la fuerza de trabajo y los medios de producción, en donde hay un claro desgaste de la fuerza de trabajo, en ese entonces a través de las increíblemente largas jornadas de trabajo que se redujeron en su duración gracias a varios eventos entre los cuales citamos las leyes fabriles en 1833 las cuales prohibieron la utilización en los trabajos asalariados de niños menores de nueve años y que fijo una jornada laboral de 8 horas para aquellos entre 9 y 13, en tanto que aquellos entre 13 y 16 deberían de trabajar 12 horas, además de ser obligatoria su asistencia a la escuela por lo menos 2 horas al día.

Ello sumado a la aplicación de las nuevas técnicas en la producción produjeron un cambio en el modo de plusvalía generada por los burgueses mediante la explotación del proletariado, cuestión que  hoy día gracias a las estrategias de reducción de déficit fiscal (como consecuencia del convenio de Washington y la mayor influencia de los dueños de producción en actividades antes supervisadas por el estado como por ejemplo la salud, en otras palabras mediante el cese de la intervención del estado en dichas actividades y su privatizacion), se están deteriorando una vez más ante la dura competencia que hay por obtener plusvalías mayores por parte del capitalista comparado con el desgaste de fuerza de trabajo que se realiza llevándonos sobre nuestros propios pasos en el tiempo.




Una medida de choque ante esta vuelta a las duras jornadas laborales parece ser la de la migración laboral, tal como ocurriera en los primeros dos decenios del siglo 20 en nuestro país, bajo el contexto de la bonanza cafetera sobre la cual los trabajadores habitualmente relacionados con la explotación de otro productos primarios (al ser un país periférico utilizando el análisis Cepalino) abandonaban voluntariamente sus trabajos para ir a trabajar un tiempo determinado en las fincas y haciendas cafeteras durante los meses de cosecha, en los cuales el trabajo aunque duro, era mejor remunerado que el habitual, significando que la parte que le correspondía al trabajador era mayor comparada con el mismo trabajo socialmente necesario utilizado en la otra actividad. Es realmente obvia la correlación que se puede realizar a lo que Francis Fernando nos compartió el día que hablamos con él, pues en primer lugar comenzó su actividad laboral desde una edad temprana como lo fueran los 5 años (como hecho casual, para el gobierno de turno parece que los 15 años son una buena edad para abandonar la formación académica y comenzar la laboral, acercándonos un poco más al modo de operar en tiempos de antaño) probando que en el país aun no se ha borrado ese rastro de necesidad impuesta por el avance de economías neoliberales sumado esto a factores sociales y de violencia que por todos son bien conocidos.


Así pues Francis Fernando se vio involucrado en un sinfín de actividades distintas migrando entre la venta de empanadas, casas, ropa y electrodomésticos. Lo que se puede observar es un cambio en el tipo de labor en la que utilizo su trabajo socialmente necesario siempre en busca de obtener mayores beneficios para él, tal como lo hicieran los campesinos del ejemplo antes utilizado aun cuando para la década de los 70`s (recién cuando Francis Fernando comenzaba a trabajar) el panorama nacional se presentara bajo un plan nacional de desarrollo que se asemejaba al de un estado benefactor propuesto por Keynes. Ya que Las estrategias propuestas por Misael Pastrana (por supuesto críticas de la sustitución de importaciones propuesta por la CEPAL) constaban de inversión en sectores dinámicos, soluciones al problema del desempleo, focalización nuevamente en las exportaciones y por último la creación de corporaciones de ahorro y vivienda, este último punto relacionado de manera directa con uno de los trabajos por los cuales migro Fernando (no precisamente en el corto plazo, pero si como una razón en el mediano plazo), ya que a partir de la inversión en los sectores dinámicos (entre ellos la construcción) y las facilidades para adquisición de vivienda hicieron que en épocas posteriores ese trabajo fuese más cómodo y rentable en comparación a otros, sumado al plan adelantado en el gobierno de Julio Cesar Turbay Ayala (1978 – 1982) que consistía en la construcción de vivienda de interés social, basado en los principios de integración nacional propuestos por Turbay Ayala a través del instituto de crédito territorial.

Es a través de aquellas conexiones que rastreamos el porqué Fernando siguió dicho camino, guiado por su intuición, tal vez sin saber que allí estaban actuando sobre el medio decisiones motivadas por políticas nacientes desde el gobierno de Carlos Lleras Restrepo, factor importante con el ánimo de situarnos en la historia de vida de Fernando y determinar a nivel nacional económico como esos detalles determinaron su camino. Por ejemplo podemos ligar su trabajo inmediatamente anterior a la apertura económica de 1991(que entre otras cosas se basaba en un obstáculo al desarrollo económico por parte del modelo de sustitución de importaciones) , con la cual muchos productos electrónicos fluyeron dentro del país gracias a la baja en los aranceles, se podía decir que una vez más Fernando habría acertado en relacionarse con un sector que era más bien activo en aquel momento (esto desde una mirada superficial y en un intento de sincronización histórica, más que otra cosa, ya que está claro que aun cuando Fernando supiera que ese debía de ser el negocio está claro que no conocía las razones verdaderas de todo el proceso).

Así es como por fin abordamos su trabajo actual, la venta informal de productos esotéricos. La primera pregunta que debería realizarse es lógica; ¿si el patrón que se ha descrito hasta ahora indicaba que Fernando había seguido aquellas actividades que conforme a consecuencias de una época anterior o presente eran más beneficiosas para que otras, cual era la razón por la cual ese patrón cambio? Tenemos pues que la historia personal al final cobro mayor importancia, ya que Fernando siempre hubo manifestado gusto por las actividades relacionadas al mundo esotérico, por lo cual se dedico a la venta de estos productos. Una segunda razón de peso pudo haber sido a raíz de su constante interacción con las personas dada su experiencia como vendedor desde tan temprana edad, lo cual despertó sin duda gusto por la ayuda hacia los demás, como ya se había mencionado anteriormente.

Entrados en detalles es importante observar que desde un punto de vista Marxista Fernando aplico y vio como le eran aplicados simultáneamente y uno de manera directa y otro de manera indirecta dos tipo distintos de plusvalía. En primer lugar la plusvalía absoluta se ve reflejada en tanto Fernando nos comentaba que su horario de trabajo era de 14 horas en promedio, acercándose de manera increíble a las condiciones que se experimentaban durante el siglo XIX mostrándonos que la plusvalía absoluta es indirecta en la medida que beneficia a los proveedores que claramente trabajan menos horas para distribuir los productos que a Fernando le toman esas 14 horas multiplicadas por el número de días que tarde en vender el producto, aun cuando no posea un jefe se observa dicha relación.

En segundo lugar la plusvalía relativa se presenta en tanto los proveedores aplican los factores que Marx definiera para que se cumpliera una plusvalía relativa (inserción de tecnologías, técnicas de control de tiempo y profundización de la división de trabajo). Aun cuando parezca que la situación de Fernando es distinta, también se ve de manera indirecta en tanto el no posee los medios como para implantar alguno de esos tres aspectos en su labor. Aun cuando Fernando resaltara la relación cordial que existe entre el y los proveedores es innegable que existe una relación de explotación aun cuando los créditos sean generosos al momento de la transacción de mercancía, no se puede ignorar que la relación de explotación esta allí presente. Una característica llamativa es que los precios y el valor de hecho esta determinado no por el tiempo socialmente necesario empleado por los productores de los productos que el comercializa, y de todas maneras tampoco por el, puesto que el valor lo determina el precio de compra al proveedor pero que en ningún momento es mencionado el valor del desgaste producido por Fernando o por sus proveedores, y aun cuando se quisiera entrar a contemplar la posibilidad de que Fernando estuviese tomando en cuenta el tiempo socialmente necesario en cuanto considera los costos de transporte por ejemplo, no seria el suyo, pero tanto del transportador que opera el vehículo en aquel momento.

Es claro que el desgaste sufrido a lo largo de estos años por Fernando ha pasado factura, en tanto que ya planea jubilarse (¡ un pensamiento increíble teniendo en cuenta que solo tiene 45 años¡ ya que las edades de pensión han de aumentar exponencialmente bajo el pretexto de una esperanza de vida mayor camuflada en una estrategia también mencionada por el propio Marx encaminada al atenuamiento de la caída de la tasa de ganancia por medio de un ejercito industrial de reserva; en otras palabras la clase social trabajadora se ve forzada a trabajar desde muy joven hasta muy vieja por sueldos bajos y explotación relativa y absoluta de los mismos.) en el lapso de un año planeando dar un paso importante para el, pues tiene planeado contratar a un empleado para que se emplee en un local comercial perteneciente a Fernando, planea entonces transferir la relación de plusvalía en un nivel mas, reduciendo su desgaste y aumentando el de su empleado.

En resumen hablamos de un capitalismo comercial, ya que Fernando compra con un dinero dado una mercancía dada que se convierte en una mercancía prima que finalmente da como resultado después de su venta, un dinero primo que será reinvertido, la cuestión principal es el comprar barato para vender caro, lo cual se logra con una compra al por mayor. Relación que no toma en cuenta el proceso de producción ni tampoco el desgaste del trabajador, y como vimos producido por una serie de acontecimientos que guiaron a Fernando a través de distintos trabajos, acontecimientos que sin duda alguna tuvieron que ver con políticas Cepalinas y con políticas de apertura económica neoliberal, aun cuando no sea dicho explícitamente.
En el caso de Nohora no podemos determinar con exactitud una coyuntura como lo hicimos con Fernando que nos ayude a entender la relación que pudiera tener la CEPAL con la actividad que ejerce Nohora salvo que hiciéramos una relación de las consecuencias que tuvo la reforma agraria (Ley 160 de 1994) como parte del proceso de apertura iniciado en la década del 90 del siglo pasado, lo que proponía la CEPAL al respecto y de cómo Nohora podría estar dedicada a un trabajo distinto hoy día si el proceso de industrialización nacional se hubiese dado de manera correcta, pero son suposiciones que no vienen al caso.




Lo que si se debe destacar en cambio es el análisis de su labor desde un punto de vista marxista, en el cual se observa una plusvalía absoluta y relativa como en el caso de Fernando, sin embargo una primera diferencia entre ambos es la extensión de la jornada laboral, ya que Nohora trabaja seis horas menos que Fernando, por lo cual la plusvalía absoluta es menor en este segundo caso, en tanto que la relativa no lo es. La función importante que tiene la plusvalía relativa radica aquí en la disposición de las cosechas de frutas que Nohora utiliza para su labor comercial, puesto que el clima afecta la relación que el capitalista ve entre lo que es necesario emplear para la recolección y transporte de las frutas y la ganancia que percibe por todo ello, el modo de compensarlo en épocas de clima desfavorable es aumentando los precios, lo cual obligaría a Nohora a aumentar su jornada de trabajo en mas horas o bien aumentar el precio de sus productos, aquí entonces si podría verse que el trabajo necesario en una actividad como la agricultura si que es tomado en cuenta (tal como lo postularan los fisiócratas en su momento definiéndola como el sector productivo, el único por demás, lo que situaría a Nohora dentro del sector estéril, el cual no agrega valor a las mercancías.) Sin embargo Nohora estaría en un contratiempo de verse obligada a subir también los precios para no tener que extender su jornada de trabajo de no ser por la comunicación constante con los otros comerciantes de fruta de la zona, por lo tanto si ambos suben al mismo tiempo el precio, las probabilidades de que las ventas se sostengan son mayores que si uno solo de ellos lo subiera, en conclusión el modo de capitalismo aquí es comercial también, comprando al por mayor para vender la unidad de modo que reciba un porcentaje de dinero primo que podrá reinvertir en una materia prima iniciando el proceso una vez mas

1 comentario: